domingo, 31 de agosto de 2008

Cornisa de la libertad, PARTE II



…A veces, cuando lo entrevistaban el Mono se repetía en sus respuestas. Pero sus lugares comunes eran propios, gestados por él, nunca lugares comunes de segunda o de tercera mano. Cuando veía que sus interlocutores se quedaban a media asta, paralizados por la potencia de tan desbordante personalidad metida en un cuerpo tan chiquito, decía por ejemplo que él y Rubinstein eran almas gemelas los dos jugamos al poker. O decía, citando a Federico Peralta Ramos Serás lo que te taca se y déjate de joder. O decía desconsolado como no se dan cuenta que Louis Amstrong cuando canta sigue tocando la trompeta. O decía que nunca tuve el propósito de ser genio ni farmacéutico. O que cuando nací no me consultaron. O decía que lo llamaban Mono porque el imitaba bastante bien a los seres humanos.





Cuando lo amenazaban con preguntarle por el mejor pianista que hubiera o hubiese escuchado decía. Soy un tipo de lo mas maldito no soy católico, no soy judío, no soy homosexual, no soy uno de los pasajeros del avión que se cayo el mes pasado…


Hablaba mucho el Mono en sus conciertos. Él sabía que la mayoría iba a eso, a escuchar sus ocurrencias. Una vez llego a hablar todo el concierto, menos cuando toco un tema de _Gershwin, Oscar Alem (contrabajista que lo acompaño durante mucho tiempo) explicaba que el tiempo de charla en los recitales del Mono dependía de la mayor o menor calidad y afinación del piano que en ese momento tenia a mono. Consideraba que con esto le hacia un bien a sus semejantes, porque al fin y al cabo casi nadie entiende de música.


Se paso la vida, el Mono, haciendo así, chasqueando, con la lengua: a veces era por el gusto de la gloria, a veces por el gusto a cartón quemado de los linyeras.


Ya en su época, fue tan o mas atrevido que John Lennon; por ejemplo dueño y señor de un programa radial en el que tocaba jazz, tan

go y folklore; en el que dirigía una orquesta de cámara, tuvo la ocurrencia de decir que: la muerte de Ravel era mucho, pero mucho mas importante que la muerte del Papa. Cuando se refería a Beethoven y Mozart los nombraba los alemanes, eso. Le encantaba decir que el más puro era Horacio Salgan y que Piazzolla es un muchacho caprichoso, porque estudio música se ha empecinado en escribir música él, cuando debería copiar directamente a los otros. Reverenciaba a Borges, pero eso no le

impedía desenvainar el humor negro; Borges es el único al que puedo escuchar callado la boca. Pero Borges no se entera de que soy yo el que lo escucha. A Eduardo Falu prefería voltearlo asi; Sin duda es un virtuoso Falu, lástima que yo escuche también a Atahualpa Yupanqui.


Hubo épocas que en un solo concierto tocaba tangos, chacareras milongas, zambas…Ravel, Schumann, Brahms, Gershwin. De los argentinos pensaba que éramos una sociedad cadenciada. Carenciada de pianos. Al gran pueblo argentino pianos.

Tan atrevido fue que durante una década se lo paso ironizando sobre Jesucristo; No me explico como el tipo se dejo clavar de pies y manos. Tan atrevido que de Dios decía allá él. Mono ¿Por qué allá él? Quiero decir que si Dios quiere existir, es cosa suya; allá él.


Nunca se considero un valiente, el Mono, por ser tan atrevido; lo que sucede es que la mayoría de los humanos son cobardes. Callan. Ningún merito de mi parte. Decir lo que puede hacer un tipo que no fuma, que solo toma agua, leche y café; que solo sabe tocar el piano y que tuvo un padre que fue odontólogo, abogado y experto en gallos de riña.





viernes, 29 de agosto de 2008

Cornisa de la libertad, PARTE I



Pianista de jazz, músico esencial. Jorobado de tanto asumir el teclado, simpatiquísimo, charlatán, arrollador, insolente, original por los cuatro costados, una noche del año 1983, en un teatro que había sido una capilla contó con toda naturalidad que su mama era puta y después volvió al piano y siguió con Brahms


El mono no era como un mono. Era un mono.

Hablaba bastante bien para ser un mono.

Y tocaba el piano demasiado bastante bien, para no ser una persona y ser, como decimos, un mono.

El mono tenía la costumbre de ser singular en todo, tenia cedula de identidad, nombre y apellido y hasta fecha y lugar de nacimiento. Enrique Villegas, 3 de agosto de 1913, Buenos Aires, barrio de Palermo, Republica Argentina. El Mono era un mono urbano.

Lo conocí y lo trate en 1983, unos meses antes de que la democracia no cayera sobre la mollera. Ubiquémonos los militares, vaya a saber si cansados de violar la vida y de violar la muerte, luego de la desguerra de Malvinas y con las cosas de la economía como la mismísima, nos dijeron. Ahí tienen la democracia. Arréglense Nosotros les regalamos el gobierno. Eso si, nos quedamos, claro, con el poder.

…Pero les estaba contando del Mono Villegas. Y aunque parezca que estoy derrapando y alejándome del tema, al Mono quería llegar. Por aquellos años de sangre, de muertos sin sepultura, de alegría obscena campeonato mundial mediante. Por aquellos el Mono tenia la costumbre sus charlas con piano y todo, utilizando ciertas palabras que definan la situación con una eficacia que mas hubieran querido los mas hondos pensadores de nuestra alucinante realidad. En una de las funciones, la segunda que hizo en al Capilla, luego de agradecer el saludo de recibimiento empezó a alejarse del piano con pasitos cortos; cuando llego al borde mismo del escenario, se pu8so la mano sobre las cejas haciéndose una visera porque lo molestaba la luz. Indago unos segundos en la penumbra de la sala y dijo algo que por aquellos años de paternidad militar producía una carcajada fruncida y atravesada de escalofrió. Buenas noches. Tengo que felicitarlos, no puedo menos que felicitarlos, sobre todo a los que tienen menos de treinta años. Aunque hace un frió bárbaro, los felicito calurosamente porque todavía están vivos eso, hoy por hoy, o es una casualidad o es una hazaña.

El Mono Villegas era chiquito, tenia la espalda doblada, cierto andar amortiguado de mono, cara de mono, orejas grandes de mono, pero tenía dientes de conejo, nariz de boxeador y labio de abajo desmesurado y casi colgado. A los siete años fue cuando él empezó a tocar el piano para siempre. Si. El Mono se jorobo tocando el piano; su espalda se hizo como una sandia abajo de su saco. Y su cabeza adelantada guardaba su currículo; de sus setenta y dos años toco el piano sesenta y cinco. Toco en el Colon y en pocilgas, toco en capillas pasadas de incienso y en prostíbulos con olor a creolina y esencia a violetas. Toco por monedas y por cantidades. En Nueva York tuvo su buen cuarto de hora; después de almorzar y cenar a puro café con leche, empezó a codearse con los mayores del jazz, a sur un nombre entre Duque Ellington, Nat King Cole, Count Basie, Cole Porter, Coleman Hawkins, Art Tatum, Bud Powell. Compartio un piano a cuatro manos con Errol Garner. Con ellos anduvo, con ellos respiro musica. Con Cozy Cole grabo un par de longplays. El primero lo hizo en al calle 30 de Nueva York. Grabo siempre lo que le dio la reverenda gana. Siempre cargo con la cruz de que lo consideraran el mejor pianista de jazz. Se la paso aclarando que solo era pianista. Cuando una vez Billie Taylor escribo en Nueva York que los negros no sabían nada de jazz el Mono fue a buscarlo y a felicitarlo y le dijo: No te preocupes, Billie, que los blancos tampoco saben nada. El jazz se escribe de una manera pero se toca de otra.


Extraido de Argentinos en la cornisa, autor Rodolfo Braceli



sábado, 23 de agosto de 2008

Enrique Villegas, autobiografia...



Autobiografia


Me han pedido mi biografía, fotos y programas para un concierto, creyendo que yo tengo en mi poder lo que por lo general tiene todo artista que se precie de tal. Vale decir, una cantidad de papeles en los que se dicen, casi siempre, elogios desmedidos y todo lo bueno que se ha escrito sobre el mismo, en diferentes revistas y periódicos, amen de criticas buenas (las malas se rompen cuidadosamente). Al decir que no tengo nada de eso porque nunca he tenido un agente publicitario, ni nada por el estilo, que es lo que se usa para promocionar a un candidato al suceso (cosa que siempre me tenido sin cuidado) me contestaron sonrientes. “Pero Enrique, no podemos inventar sus andanzas en busca de la verdad”, lo que me ha llevado a los sitios que me interesaban, siempre por saber de un genio, que me enajenaba desde chico: …toda mi familia es sanjuanina. Pero yo nací en Charcas y Agüero. MI padre era dentista, después se dedico a la riñas de gallos. Mi madre murió cuando yo tenía 6 meses. Papa me dejo con unas tías que me mimaban nada. Vi la luz el 3 de agosto de 1913 y a los siete años agarre el piano y no lo largue. Será el destino de uno, como dijo Federico Peralta Ramos: “Serás lo que te toque ser y déjate de joder”. “Estudiaba en el Conservatorio Williams, en al calle Suipacha. Enfrente estaban la casa de música Gurina y la esquina la Confitería del Gas.

En lo de Gurina me leí toda la música escrita para piano. Tenía una facilidad bárbara para leer música a primer a vista.

1932 "En 1932 estrene el Concierto para piano y orquesta de Ravel, en el teatro Odeón de Buenos Aires. Lo había en la casa Gurina, tenia 19 años.”

Después las cosas que recuerdo como más importantes con las siguientes:

1932 - Estreno de la versión original de la Rhapsody in Blue de George Gershwin, en el consejo nacional de mujeres.

1941 – Estreno de mi Jazzeta, primer movimiento, con Carlos García de solista y los mejores músicos de jazz de entonces.

1942 – Dirigí el concierto Ideal de Jazz en Radio Belgrano, estrenando mi “Three O’Clock Jump

1943 – Forme el original Santa Anita Sextet, para inaugurar la boite La Cigale; como a los fanaticos del jazz esto les interesa, pongo su personal: Juan Salazar (trompeta); Chino Ibarra (saxo tenor); Panchito Cao (clarinete); Tito Kreig ( Bajo) y Adolfo Castro (bateria).

1944 – Forme el combo Los Punteros con Salazar (trompeta); Bebe Eguia (saxo tenor); Jaime Rodriguiez Anido (guitarra); Nene Nicolini ( contrabajo) y Pibe Poggi (bateria).

1949Ingrese como Pianista del dúo Martinez-Ledesma en reemplazo de Horacio Salgan. Aprendí a tocar música criolla.

1950 – Di un recital de piano en el Teatro Odeón, tocando música criolla en la primera parte, Brahms, Schumann; Ravel y Bartók en la segunda, y temas de jazz en al tercera parte.

1953 – Escribí la música para Un tranvía llamado deseo de Tennessee Williams, que se estreno en el Teatro Casino por la compañía de Mecha Ortiz.

Grabe para discos Music Hall música criolla con guitarra y bombo (zambas, chacareras, gatos, vidalas, etc, de los hermanos Abalos y temas de jazz con Mendez en contrabajo y Poggi en batería. Me gane la copa Mundo radial como solista favorito dek Bop Club, del cual fui socio fundador.

1955 – Me fui a Nueva York; grabe para Columbia Records con Milt Milton en bajo y Cozy Cole en batería.

1958 – Toque por primera vez jazz durante el Festival Casals en la Universidad de Puerto Rico, en Rio Piedras, Puerto Rico.

1963 – Fui a Europa: toque en Alemania, Francia y España.

1964 – Volví a tocar en Buenos Aires, en un concierto de jazz, en el Teatro Astral.

1965 – Inicie un ciclo de jazz en Radio Municipal, donde tuve la suerte y placer de grabar los temas que mas me gustan y que ha motivado todo esto que he escrito contra mi voluntad, pues debo confesar que mucho mas me gusta aporrear el teclado que darle a la tecla justa en esta maquina de escribir.

1967 – Luego de mi viaje a Nueva York, Paris y Roma, volví a Buenos Aires y di varios conciertos y recitales.

1964/1969 – Di varios conciertos, recitales, espectáculos de café concert y viaje al interior.

1970 – Viví en Estados Unidos.

1971 – Conciertos y volví a interpretar la Rhapsody in Blue en el Teatro Colon, esta vez en la instrumentación de Ferde Grofe con la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires, con la dirección de Pedro Ignacio Calderón.

1972 – Ciclo de conciertos en el Teatro Municipal General San Martin y en distintas localidades, organizados por Segba.

1973 – Nuevamente en el teatro Municipal General San Martin grabe el disco de mis 60 años y di conciertos en el interior.

1974 – Volvi a tocar la Rhapsody in Blue, ante 20000 espectadores, en el club Velez Sarsfield.

1975 – Toco en solo de piano, un repertorio de jazz en el Teatro Colon.

Extraido de la información del cd. Enrique Mono Villegas 1, obras de Ellington, Porter… Autor Carlos Inzillo, editado por Pagina 12


El siguiente audio pertenece al cd. Play & Talk I, en donde Villegas cuenta su biografia, junto a Antonio Carrizo.