jueves, 20 de octubre de 2011

El piano revelde de Enrique Villegas (Primera parte)

                                                                              

Aquella tarde de 1941, algunos curiosos se dieron una vuelta por los estudios de grabación Breyer. La banda allí reunida parecía un verdadero seleccionado del jazz en la Argentina. Las partituras reposaban en los atriles mientras los músicos practicaban las partes mas difíciles. Justamente había partes para Dante y Enrique Varela, Booker Pittman y Juan Salazar.

El cerebro que había planeado aquella congregación era un pianista joven, egresado no hacia mucho del conservatorio de Alberto Willans. Se llamaba Enrique Villegas (1913-1986) y en el ambiente musical se lo tenía como a un tipo difícil y algo soberbio. Seis años antes había discutido con Eduardo Armani sobre como debía tocarse una pieza de jazz. Su breve ficha técnica contaba con algunas anécdotas de genio precoz la ejecución en publico de "Raphsody in blue (que casi nadie quería tocar " el afirmaba ser el segundo interprete en el mundo en hacerlo) ; un gusto obsesivo por la música de Duke Ellington, y en simultaneo una fascinación por el tango en la línea decariana.

 
Más allá en el tiempo, la biografía de Villegas registraba una vida escolar poco feliz y un secundario interrumpido por la música. “La rabona me la hacia para ir al conservatorio del padre de Rene Cospito tocar jazz y hacer jazz con el”, recordaría Enrique en su vejez.

    
      “En cuarto año del normal Mariano Acosta falte tanto por ir al conservatorio, que quede libre. Mi familia se enojo mucho, pero yo les dije: no quiero estudiar porque si estudio voy a ser como la mayoría de los entupidos que conozco, que les llaman hombres de provecho, abogados, médicos, arquitectos, ingenieros, chorros…Yo quiero ser pianista. Y lo que paso es que lo fui. Y de oveja negra pase a ser el adorado


 
Hijo único, huérfano de madre a los 6 meses y confiada su primera educación a una tia, Enrique se salvo por el piano.


        “Cuando mi padre se caso por segunda vez me llevo a La Plata  a vivir con el y su nueva mujer. Pero esta se le murió también…Por entonces yo ya tocaba el piano y pronto egresaría del conservatorio Willams. Actue con Martinez Ledesma y la gente me decía que lastima que le guste el jazz, cuando toca tan bien folclore. Pero yo tocaba jazz desde antes. Tocaba clásico, jazz, folclore, tango. Toda la música del mundo toco yo y la toco como es. Cuando quiero tocar jazz, imito a los negros americanos. Cuando quiero tocar cubano, imito a los negros cubanos. Cuando quiero tocar brasilero, imito a los negros brasileros., y cuando quiero tocar tango, imito a los uruguayos.”  

Autor Sergio Pujol


1 comentario:

Anónimo dijo...

Me parece que la tía que lo crió se llamaba Anatilde. En los primeros 60 Enrique todavía vivía con ella, en un departamento del centro. Yo era muy chica,pero recuerdo el asombro que me provocó ver un living con ¡dos pianos!