…Una madrugada, de la década del setenta, en el programa Generación espontánea, el Mono Villegas conversaba, casi monologaba, con el Negro Miguel Angel Merellano. En cierto momento y sin que viniera al caso, le dijo Sabes Negro, al que le va muy bien en los Estados Unidos es a Lalo Schifrin. Merellano respondió con un si, le va muy bien y lo dejo seguir, el Mono insistió:
- Pero muy muy bien le va a Schifrin.
- Si, seguro.
- Pero…decir que le va muy bien es poco, es quedarse corto.
- Si, Mono realmente le va muy bien.
- Te digo, Miguel Angel, que le va muy muy muy muuuuuy bien a La
lo Schifrin en los Estados Unidos.
- Si si, te entendí, te entendí, Mono.
- ¿Y no me preguntas por que le va tan bien a Lalo Schifrin en Estados Unidos?
- No hace falta,todos sabemos.
- No, que van a saber. No tienen idea lo bien que le va. Mira le va tan, pero tan, pero tan bien que no tiene un psiquiatra Lalo Schifrin, tiene dos uno por la mañana y otro por la tarde.
No podemos dejar de señalar, además, que el Mono se lo paso siendo huérfano, a sus seis meses su controvertida madre murió. El decía esto fui sometido a toda clase de tías unas me hacían daño con tanto dulce y mimos y otras me hacían daño dejándome hambriento de besos y mimos.
Con las mujeres el Mono no se privaba de nada eran ellas que lo privaban de casi. Por una de esas minas que ame desesperadamente –contaba estuve a punto de suicidarme en Nueva York. El auto venía bastante rápido, yo me tire. El auto freno lamiéndome el hombro. Freno porque justo el semáforo dio rojo
. Me levante frustrado. Pero enseguida la frustración se me paso. Ella subió al auto porque el auto era un taxi, y se fue.
Como se van todas las mujeres, se es que no se mueren antes. En vez de frustración sentí humillación. Mi humillación me dio risa, y entonces mevinieron ganas de tomarme un café con leche.
Siempre, a lo largo de su vida de príncipe y mendigo, siempre el Mono eligió lo mas borde de la orilla. Solo una vez opto por caminar bien seguro por el medio de la calle. Pero claro, fue a contramano, por la avenida 9 de julio, mientras silbaba un temita del monstruoso Bela Bartok. ¿Por qué hizo eso? Nada de porque. Mejor te digo para que para saber como sonaba Bartok metido en medio del a sinfonía histérica de las bocinas. Un vigilante me alzo me cargo al hombro, pidió una ambulancia y me dejo sin concierto.
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