domingo, 7 de septiembre de 2008

Cornisa de la libertad PARTE III


…Una madrugada, de la década del setenta, en el programa Generación espontánea, el Mono Villegas conversaba, casi monologaba, con el Negro Miguel Angel Merellano. En cierto momento y sin que viniera al caso, le dijo Sabes Negro, al que le va muy bien en los Estados Unidos es a Lalo Schifrin. Merellano respondió con un si, le va muy bien y lo dejo seguir, el Mono insistió:



- Pero muy muy bien le va a Schifrin.

- Si, seguro.

- Pero…decir que le va muy bien es poco, es quedarse corto.

- Si, Mono realmente le va muy bien.

- Te digo, Miguel Angel, que le va muy muy muy muuuuuy bien a La

lo Schifrin en los Estados Unidos.

- Si si, te entendí, te entendí, Mono.

- ¿Y no me preguntas por que le va tan bien a Lalo Schifrin en Estados Unidos?

- No hace falta,todos sabemos.

- No, que van a saber. No tienen idea lo bien que le va. Mira le va tan, pero tan, pero tan bien que no tiene un psiquiatra Lalo Schifrin, tiene dos uno por la mañana y otro por la tarde.


No podemos dejar de señalar, además, que el Mono se lo paso siendo huérfano, a sus seis meses su controvertida madre murió. El decía esto fui sometido a toda clase de tías unas me hacían daño con tanto dulce y mimos y otras me hacían daño dejándome hambriento de besos y mimos.

Con las mujeres el Mono no se privaba de nada eran ellas que lo privaban de casi. Por una de esas minas que ame desesperadamente –contaba estuve a punto de suicidarme en Nueva York. El auto venía bastante rápido, yo me tire. El auto freno lamiéndome el hombro. Freno porque justo el semáforo dio rojo

. Me levante frustrado. Pero enseguida la frustración se me paso. Ella subió al auto porque el auto era un taxi, y se fue.

Como se van todas las mujeres, se es que no se mueren antes. En vez de frustración sentí humillación. Mi humillación me dio risa, y entonces mevinieron ganas de tomarme un café con leche.

Siempre, a lo largo de su vida de príncipe y mendigo, siempre el Mono eligió lo mas borde de la orilla. Solo una vez opto por caminar bien seguro por el medio de la calle. Pero claro, fue a contramano, por la avenida 9 de julio, mientras silbaba un temita del monstruoso Bela Bartok. ¿Por qué hizo eso? Nada de porque. Mejor te digo para que para saber como sonaba Bartok metido en medio del a sinfonía histérica de las bocinas. Un vigilante me alzo me cargo al hombro, pidió una ambulancia y me dejo sin concierto.







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